No todas las empresas son conscientes de ello, especialmente las pequeñas y medianas, que tendrían una gran necesidad de saberlo: pero Simest, una empresa del grupo Cassa Depositi e Prestiti para la internacionalización de las empresas italianas, es una de the realities of galaxy publica iniciativas más activas para apoyar a quienes quieren crecer en el extranjero, incluso cuando no tienen grandes dimensiones iniciales. Y promueve una intensa actividad de comunicación “dirigida” a las PYME – también en colaboración con Confapi, a través de un road show en la zona – para difundir al máximo el conocimiento de sus herramientas.
Incluso los datos por sí solos sobre las operaciones de Simest en apoyo de las exportaciones de bienes de capital (instalaciones y maquinaria) -a través del “Contribución a la exportación sobre crédito de proveedores– Confírmalo: en 2023, Simest logró un aumento del 7% en este ámbito, por un valor total de más de 500 millones de euros. De hecho, se cerraron 178 transacciones (+102% respecto a 2022) en favor de 60 pymes y midcaps italianas, con ventas en 45 países extranjeros. Una tendencia creciente que se confirmó sobre todo en el último trimestre de 2023 con 103 transacciones concluidas por más de 375 millones, que permitieron exportar a 31 países.
Pero hay más, y más “estratégicos”. Simest también dispone de instrumentos financieros específicos destinados a empresas que quieran desarrollar su presencia directa en los mercados exteriores.
“Acompañamos a las empresas – explican en Simest – durante todo el ciclo de internacionalizacióndesde la primera evaluación de apertura de un nuevo mercado hasta la expansión con inversiones directas para apoyar operaciones greenfield, brownfield y adquisiciones en el extranjero”.
Uno de los productos financieros estrella de Simest es la llamada “inversión participativa”. ¿De qué se trata?
Una premisa: para una empresa que ya opera en los mercados exteriores mediante la exportación de sus productos, llega inevitablemente el momento de instalarse directamente en el extranjero, adquirir una empresa o abrir una oficina. Pero es un paso de gran compromiso, que muchos temen que sea demasiado complicado para realizarlo solos. Y aquí Simest toma el relevo con su solución.
Funciona así: la empresa cliente acude a Simest y le presenta el proyecto de internacionalización que desea implementar, con el plan de negocio correspondiente. Simest evalúa la sostenibilidad del proyecto en un plazo muy corto, y si se acepta la propuesta, apoyará a la empresa en la realización del proyecto convirtiéndose en accionista minoritario de hasta el 49% de la empresa extranjera (de nueva creación o ya existente, en caso de ampliación o una operación de fusión y adquisición) La intervención de Simest puede realizarse en parte en forma de préstamo de accionistas, con el fin de hacer la estructura de la operación más flexible y financieramente sostenible.
En resumen: la empresa cliente entrega un proyecto a Simest, Simest lo analiza y lo evalúa. Si la evaluación es positiva, Simest y la empresa cliente, conjuntamente, transfieren sus inversores a la empresa objetivo en el extranjero, el 51% con los fondos invertidos por la empresa y el 49% con los pagados por Simest.
En este punto la inversión está financiada: ¿pero en qué condiciones? ¿Realmente vale la pena para la empresa cliente?
Simest ha pagado el capital pero no quiere gestionar la empresa o, como dicen en términos técnicos, “entrar en el gobierno”, que queda en manos del empresario. Y esta es la primera “comodidad”: el cliente-empresario sigue siendo completamente dueño de su propia casa. Simest le dejará su capital invertido en la operación durante un máximo de 8 años, al final del cual revenderá su parte al empresario, al mismo valor nominal.
Durante nuestra presencia en el capital de la empresa adquirida, Simest recibe intereses sobre el capital invertido (compensando los posibles dividendos recibidos como accionista). ¿A cuánto asciende el interés? Poco respeto a la media del mercado, es decir, en un rango de precios competitivo, más parecido a un préstamo estructurado que a un préstamo participativo, del tipo que hacen los socios.
Si la operación financiada se realiza en un país europeo, Simest la financia con una combinación de recursos financieros a un coste subvencionado gracias también a la intervención del fondo estatal de capital riesgo, que es muy competitivo respecto al mercado.
Si la operación se realiza fuera de Europa, Simest garantiza también una aportación de intereses que reduce el coste del préstamo bancario activado por la empresa italiana para financiar su parte del capital de la empresa extranjera. A título indicativo, el importe de la aportación para el mes de febrero de 2024 es igual al 2,69% (el tipo de aportación se fija en el momento de la firma del contrato de financiación). Tomemos un ejemplo práctico. Digamos que una empresa quiere comprar un negocio en Francia por 10 millones de euros. Presentó su plan de negocio a Simest quien decidió aportar 4,9 millones de euros como participación en la operación de adquisición, pasando así a ser accionista del 49% de la misma. A cambio, pide a la empresa cliente una garantía para recomprar la acción al mismo valor (por tanto: ¡sin plusvalía!), 8 años después de la inversión. En estos 8 años Simest no pedirá dividendos sino que sólo recibirá un coste de financiación, competitivo respecto al mercado.
¡Claro! ¿Y fuera del Viejo Continente?
Si esta misma adquisición se realiza fuera de los países de la Unión Europea, se beneficiará de una ventaja adicional, es decir, la contribución de intereses del 2,69% anual que reduce el coste de la financiación bancaria que activa la empresa para adquirir el 51% restante.
Para los clientes de Simest las ventajas son muchas, importantes y muy claras. También por este motivo podemos decir con orgullo que en este momento, a 31 de enero de 2024, la cartera de Simest se compone de 222 posiciones por un valor contable bruto de 558 €/millón procedentes de fondos propios, a los que se añaden 203 € más. agregado. /millones del fondo de capital riesgo. Un portafolio made in Italy que mantiene alto el prestigio de nuestras empresas.
Y créanme: en el extranjero, tener un socio como Simest es un gran valor en las relaciones con las instituciones y con el mercado local, ¡especialmente en países más alejados del nuestro en términos de normas y leyes!
Búscanos si quieres crecer en el extranjero. Sin duda, Simest tiene una solución para facilitar su negocio.
El artículo Entre la exportación y la sede en el extranjero hay un socio procede de la Revista Economía.