«Estamos en 2024, a menos de seis años del fatídico plazo de la Agenda 2030. Un objetivo que, cuando fue firmado en 2015 por los gobiernos de 193 países de Naciones Unidas, parecía lejano. Ahora ha llegado el momento de aclarar: es necesario distinguir entre dos conceptos de empresa diferentes. La que lleva a cabo algunas acciones de sostenibilidad es la empresa verdaderamente responsable.” La advertencia proviene de Sergio SgambatoDirector de ETS de diligencia. «Hoy en día casi todas las empresas toman acciones para la sostenibilidad, porque el gobierno se lo pide o simplemente por sensibilidad personal»…
Parece ser un paso positivo…
No quiero que me malinterpreten: cualquier acción de sostenibilidad por parte de un emprendedor, una empresa o una asociación empresarial es bienvenida. Ahora se necesita algo más: toda la organización de una empresa debe apoyar su compromiso. Y no, como suele ocurrir, con las operaciones. lavado verde. Un ejemplo: es bueno tener envases Amigable con el medio ambiente, pero si no surge el problema de respetar la cuota rosa… Desgraciadamente, se pueden dar muchos ejemplos. Lo que se necesita es una visión responsable de 360 grados, verdaderamente “holística” de la empresa, que debe comenzar con la aceptación de la responsabilidad por parte del propietario y su familia, en el caso de empresas pequeñas o familiares, o por el consejo de administración una empresa y sus accionistas. Es necesario plasmar esta visión en un documento de conducta responsable e iniciar formación específica para directivos o simples responsables de área.
¿Cuáles son los elementos que deben evaluarse?
Depende: serán completamente diferentes de los que sólo ofrecen servicios y de los que producen materiales. En el primer caso se trata de evaluar sobre todo el impacto social, la igualdad de oportunidades, la bienestar, el bienestar psicofísico de las personas… En el caso de quienes trabajan con materiales el impacto es doble: además del impacto social en la comunidad está el impacto en el medio ambiente. El análisis de los bienes producidos también debe multiplicarse respecto de los producidos o ensamblados fuera de la empresa, por proveedores a los que hay que atender. puedo hacer ropa en tejidos biológicos o del reciclaje, pero si estos provienen de fábricas donde se explota el trabajo infantil y no se tienen en cuenta unas condiciones laborales sostenibles, de nada sirve presumir de calidad hecho en Italia. La cadena de suministro es una de las partes más importantes en la certificación de sostenibilidad.
Muchas empresas están llegando a ese punto.
Sí, muchos han entendido que necesitamos interactuar con todos los stakeholders, estrechamente vinculados a su empresa. La responsabilidad por la sostenibilidad debe coincidir tanto dentro de la empresa, hacia el personal, colaboradores, clientes y proveedores, pero también hacia los financieros, los bancos y los accionistas. Por tanto, debemos respetar las realidades locales: administraciones, asociaciones ecologistas, comunidades que residen en zonas vecinas… Por último, estar siempre atentos a la dimensión global y a nuestro propio impacto en el planeta.
En definitiva, la empresa es vista como parte de un proyecto más amplio, en la Agenda 2030.
El siguiente paso es detallar de forma concreta los riesgos de la empresa, ya sean derivados de elementos externos o que la empresa pueda provocar externamente. Sólo así, con un proyecto compartido, la empresa comprende los riesgos que enfrenta o puede provocar, iniciando intervenciones que reduzcan al máximo su impacto. No sólo mirar lo que ha hecho hasta la fecha, sino asumir la responsabilidad de lo que se puede hacer para mitigar cualquier riesgo futuro, si fuera inevitable. La esperanza es que cada empresa sea capaz de describir este viaje con unainformación de sostenibilidad, ofreciendo elementos comunes útiles y equiparables a los de otras empresas. Este autoanálisis debe tener en cuenta estándares comunes, de modo que todos los actores puedan evaluar su responsabilidad en términos de sostenibilidad. En primer lugar, los accionistas, los bancos, las finanzas e incluso el Gobierno, si se prevén licitaciones.
Ustedes como Diligentia ETS son portavoces de una fórmula de evaluación común.
yoPasaporte ESG es reconocido internacionalmente. Sin embargo, la asunción de responsabilidad debe ser el punto de partida: hay muchas leyes que nos rigen, desde las anticorrupción hasta las de protección del medio ambiente, pero quienes hacen negocios deben aprender a optar por no contaminar, no porque la ley, sino porque es capaz de integrar las regulaciones en una visión armoniosa y específica para su empresa. De todo esto hablaremos en el Foro ESG 2030, que se celebrará en unióncamere en Roma los días 18 y 19 de abril. Será nuestro “llamado” a las empresas.
El artículo Queridas empresas, es hora de poner los ESG en la agenda proviene de la Revista Economía.