En 2023, se espera que el PIB registre un crecimiento (+1,2%) impulsado por la pregunta interna que, neta de existencias, tendría una contribución positiva de 1 punto porcentual, mientras que la demanda exterior neta aportaría una contribución menor (+0,3 puntos porcentuales). Así lo sugiere la nota de Istat con las previsiones sobre la economía para los próximos meses.

En el bienio previsto, el incremento del PIB estaría soportado principalmente por la aportación de la demanda interna neta de existencias (+1,0 pp en 2023 y +0,9 pp en 2024) y por la aportación más limitada de la demanda exterior neta ( +0.3 y +0.2pp). Se espera un aumento del consumo de los hogares (+0,5%), que se afianzará a lo largo del año
le sigue (+1,1%), gracias a la nueva reducción de la inflación asociada a una recuperación gradual de los salarios ya una mejora del mercado laboral. Las inversiones mantendrán altas tasas de crecimiento, en comparación con los demás componentes: 3,0% en 2023 y 2,0% en 2024, desacelerándose en comparación con los dos años anteriores. En el bienio previsto, el empleo, medido en términos de unidades de trabajo (UTA), mostrará un crecimiento en línea con el del PIB (+1,2% en 2023 y +1% en 2024). La mejora del empleo irá acompañada de una disminución de la tasa de desempleo que bajará al 7,9% este año y al 7,7% el año siguiente. La senda a la baja de la inflación, favorecida por la caída de los precios de la energía y por las políticas restrictivas implementadas por los bancos centrales, se verá reflejada en una reducción de la dinámica del deflactor del gasto de los hogares residentes tanto en el presente año (+5,7%) y, en mayor medida, en 2024 (+2,6%).

Son los edificios los que impulsan la industria.

En el primer trimestre de este año, tras un ligero retroceso a finales de 2022, la economía italiana prosiguió su fase expansiva (+0,6% la variación cíclica), llevando el crecimiento adquirido en 2023 al +0,9%. El aumento del PIB estuvo íntegramente sustentado por la demanda interna neta de inventarios, que tuvo una contribución positiva (+0,7 puntos porcentuales), mientras que la demanda externa neta tuvo una contribución ligeramente negativa (-0,1%). El valor añadido de la industria aumenta un 0,2% respecto al trimestre anterior como consecuencia de un ligero descenso de la industria propiamente dicha (-0,2%) y un aumento de la construcción (+1,5%). En servicios, continúa la fase expansiva (+0,9%), tras la paralización de comercio, transporte, alojamiento y restauración; dinámica dinámica de los servicios inmobiliarios (+2,4%), profesionales (+3,0%) y artísticos, de ocio y otros (+5,7%); de las disminuciones del valor añadido de las actividades financieras y de seguros (-2,7%) y de las administraciones públicas
(-0,7%).

La ralentización a finales de 2023

Las señales para los próximos meses apuntan, a pesar de un inicio particularmente positivo, a un
ralentización de la actividad económica luego en el año. En un contexto caracterizado por una desaceleración de la demanda mundial, donde se espera una desaceleración de la economía de importantes socios comerciales como Alemania y EE.UU., se espera una clara desaceleración del comercio exterior, más acentuada para las importaciones. El escenario internacional sigue lastrado por la incertidumbre ligada a los tiempos y desenlaces del conflicto entre Rusia y Ucrania, a los riesgos de inestabilidad financiera ya un nivel de inflación aún alejado de los objetivos de los bancos centrales. En Italia, los efectos de las políticas monetarias restrictivas sobre la demanda interna y el debilitamiento del impulso de los incentivos a la construcción se verán, sin embargo, parcialmente compensados ​​por los efectos de la puesta en marcha de las medidas previstas por el PNRR -especialmente sobre las inversiones- y la ralentización de inflación sobre la cuestión privada. Otro factor de riesgo podría provenir de las consecuencias económicas, especialmente en el sector agrícola, de la reciente ola de mal tiempo que azotó a Emilia Romagna con efectos dramáticos.

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No solo crece el PIB, la balanza comercial también es positiva

En este escenario, la balanza comercial volverá al superávit ya en 2023 (+0,1 % como porcentaje del PIB) y mejorará aún más en 2024 (+0,6 %).
Consumo creciente En Italia, en el primer trimestre de 2023, el crecimiento cíclico del PIB estuvo impulsado por la demanda interna y, en particular, las contribuciones del consumo privado y público fueron positivas, respectivamente en 0,3 y 0,2 puntos porcentuales. El gasto en consumo final nacional aumentó un +0,7% respecto al trimestre anterior en contraste con el declive cíclico de los otros principales países europeos.

En el mismo trimestre, el gasto de los hogares en Italia registró un aumento en términos trimestrales del 0,3% tras el fuerte descenso de los tres meses anteriores. El aumento fue la síntesis de un crecimiento del 2% en las compras de bienes duraderos, 1,4% de los bienes no duraderos, 0,1% de los servicios, mientras que las de bienes semiduraderos disminuyeron un 3,1%. Para 2023, a pesar de que la inflación aún es alta, se espera un aumento del consumo de los hogares y del PSI en términos reales (+0,5%) que vendría acompañado de una disminución de la propensión a ahorrar.

Las inversiones bajan, pero la culpa es del repunte de 2021

Por otro lado, no debe preocupar demasiado la caída de las inversiones, que alcanzaron su punto máximo en 2022, debido al proceso de acumulación de capital que comenzó en 2021. En 2022, las inversiones italianas en Europa registraron el crecimiento más rápido.
alto (+9,4% respecto al año anterior). En cuanto al tipo de inversión, en Italia, la construcción sigue registrando el mayor crecimiento económico +1% seguida por las inversiones en instalaciones, maquinaria y armamento +0,8% y por las de propiedad intelectual +0,3%. en cuanto a las previsiones de inversión para el bienio 2023-2024, mucho dependerá de la ejecución del plan de inversión pública previsto por el PNRR.

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